Muchos instaladores se preguntan qué tipo de acero inoxidable elegir del sistema CATS: ¿316L o 304? La decisión depende, sobre todo, de la dureza del agua y del entorno en el que se realizará la instalación.
En esta guía te explicamos las diferencias técnicas y prácticas entre ambos aceros para ayudarte a escoger el más adecuado en cada caso.
Principales diferencias entre los aceros inoxidables 316L y 304
Ambos son aceros austeníticos ampliamente utilizados en fontanería, calefacción y climatización. Aunque comparten muchas propiedades, su composición química determina diferencias clave en resistencia, aplicaciones y coste.
Composición química
- Acero inoxidable 316L: contiene entre un 2 y un 3 % de molibdeno, lo que mejora su resistencia a la corrosión en ambientes con cloruros o productos químicos.
- Acero inoxidable 304: tiene una composición más simple y menor presencia de molibdeno (menos del 0,03 %).
Resistencia a la corrosión
- 316L: Ofrece una mayor resistencia a la corrosión, especialmente en entornos que involucran cloruros y otros agentes corrosivos. Es más adecuado para aplicaciones marinas y químicas.
- 304: Tiene una buena resistencia a la corrosión en una amplia variedad de entornos, pero no es tan resistente como el 316L en presencia de cloruros.
Resistencia a la corrosión bajo tensiones
- 316L: Tiene una mejor resistencia a la corrosión bajo tensiones (corrosión por esfuerzo) que el 304, lo que lo hace más adecuado para aplicaciones en las que la integridad estructural es crítica.
- 304: Aunque ofrece resistencia a la corrosión bajo tensiones, no es tan robusto como el 316L en este aspecto.
Soldabilidad
Ambos son fácilmente soldables, pero el 316L puede ser más sensible a la corrosión por picaduras en las zonas afectadas por el calor después de la soldadura. Se recomienda tratamiento térmico después de la soldadura para mantener la resistencia a la corrosión.
Aplicaciones típicas
- 316L: Se utiliza comúnmente en entornos más corrosivos, como la industria química, marina, procesamiento de alimentos y aplicaciones médicas.
- 304: Es adecuado para una amplia gama de aplicaciones, como la fabricación de utensilios de cocina, componentes arquitectónicos, equipos médicos y tanques de almacenamiento.
Coste
El acero 316L es más caro, pero ofrece mayor durabilidad en ambientes agresivos. El 304, en cambio, sigue siendo una opción rentable y de gran rendimiento en entornos comunes.
Resistencia a altas temperaturas
Ambos mantienen su resistencia a temperaturas elevadas, pero el 316L puede ser ligeramente más resistente a la corrosión a altas temperaturas debido a su mayor contenido de molibdeno.
En resumen, la elección entre el acero inoxidable 316L y el acero inoxidable 304 dependerá de las condiciones específicas de la aplicación. Si la resistencia a la corrosión en ambientes agresivos es crucial, el 316L puede ser la elección preferida. Sin embargo, el 304 sigue siendo una opción excelente para muchas aplicaciones y es más económico.